Lo que iba a ser un cuenta lo que fuimos y se quedó en un Yipi Kai Yei

Oliver Stone llamó a Josh Brolin para que protagoniza W (sátira dedicada a George W. Bush) y el actor palideció. Brolin ha protagonizado ‘No country for old men’. Conoce el purgatorio de la televisión. Cuenta en Entertainment Weekly que los paralelismos personales con el presidente le hicieron decidirse. Nació en Texas. Es hijo de hombre famoso (James Brolin, protagonista de Hotel). Acumula neurosis atribuibles a una madre olímpica (madrastra: Barbara Streisand). Como Bush y Ziggy Marley, un suponer, creció eclipsado por el triunfo consanguíneo. A diferencia del primero, intuimos que no vió a Dios. Tampoco rasga la Gibson bajo efigies de Marcus Garvey o Haile Selassie.

Como fuera, sabe que para los gorilas de un bando y viceversa el presidente es intocable.

Supongamos que hablas de Bush y largas o silbas:

- Pena de muerte, cerrazón antidarwinista, Diseño Inteligente, Guantánamo, Patriot Act, armas de destrucción masiva tralará, armas de destrucción masiva tralarí.

Alguien responderá:

-Resentido.
-¿Perdone?
-Qué asco.
-¿Quien, yo?
-Uf, antiamericano visceral.
-Esto, uh, Paul Krugman, Bruce Springsteen, Bruce Albert, Woody Allen, Sean Penn, Richard Dawkins, Robert De Niro, Norman Mailer, Howard Gadner, John Fogerty, James Ellory, Neil Young o Stephen Jay Gould han criticado a Bush.
-Ya.
-¿Son antiamericanos, demagogos, pesebreros, manipuladores, alelados utopistas y gilipollas prestigiosos?
-Hombre, prestigiosos no.
-¿Olvidan la Constitución, los sacrificios de la II Guerra Mundial, el plan Marshall y los benditos onanismos que sin duda cometieron loando a Mae West, Marilyn o Kim Basinger?
-Jeje.
-¿Por votar a otro candidato o apoyar otro partido creen en un mundo de dualidad necrosada, aquí los buenos liberales/allí los malignos conservadores, el ying y el yang lirondo, motivados tal vez por tics paleomarxistas, aquelarre publicitario o cálculo de réditos comerciales?

Entonces, el coro, porque lo que enfrentamos ha crecido hasta metamorfosear en coro, aprieta los maxilares y dispara:

-Sí.

Sí y sí y sí, confirman los espadones de la ortodoxia, antiamericanos, sí, aullan los oráculos condecorados, pesebreros, sí, claman los intelectuales de vuelta, los que todo lo vieron y todo lo saben, los que nos salvan del embotamiento y pelean sin mácula ni pecado original ni agenda oculta en la bragueta ni otra simpatía que la verdad mayúscula, gilipollas, sí y cien mil veces sí, claman desde los altavoces, los blogs y las trincheras, mientras un fuego azul y rojo, altamente emotivo, flamea sobre las testas.

Rodeado por la hidra, suspiras.

- Uno, modestamente, cree que en EEUU (y en España, ojo) pululan bandos infantiloides, de adhesión inquebrantable y unidad de destino en lo universal.
- Exagera.
- El gobernante, como en las mejores fábulas urdidas por el nacionalismo, funde chasis, vejiga y aura con el Estado. Es la nación. Por su boca de fresa o princesa, mientras tipos con traje cruzado y pinganillo lo vigilan, habla la nación.
- Consulte ese antiamericanismo. A ojo, le viene de la Guerra de Cuba y la pérdida de Filipinas.
- “Yo te diré,/ porque mi canción,/ te llama sin cesar...”.
- Muy gracioso.
- Hermosa habanera, grande Nani Fernández.
- Brolin vive del cuento, como todos los de su gremio.
- Nació en Texas. Nada que ver con la Ley del Cine.
- Ahora mismo lo ponía en el andamio, y a usted también.
- Ok.
- ¿Ve? Usa palabras inglesas y al mismo tiempo demoniza a Bush.
- Pero...
- Lo que nosotros digamos, antiamericano, antiamericano...

El mantra aórtico crece incesante, convaleciente de autismos, colitis de odio en fluyente espiral que ahoga disidencias, mientras los garantes de la pureza repiten antiamericano, a-n-t-i-a-m-e-r-i-c-a-n-o, etc.