Lo que iba a ser un cuenta lo que fuimos y se quedó en un Yipi Kai Yei

Ésta es, si cabe, una de las mejores películas del género. No voy a hablaros mucho sobre la historia pues sé que algunos no la han visto, por no decir que la mayoría de vosotros. Sin embargo, no quería dejar de hablar un poco sobre unos de mis películas del oeste favoritas.

La historia se centra en un duelo, el final esperado y cómo se desgrana el destino. Cooper, en una de sus mejores interpretaciones, encarna al sheriff en su último día que se debate entre su deber y su seguridad. Recién casado con la preciosa Grace Kelly, más joven, muñeca perfecta, tiene que elegir entre su amor y estabilidad o su más que probable muerte para defender al pueblo que lograra limpiar de criminales antaño.

Ese peligro lo encarna un antiguo criminal que por argucias legales logra quedarse impune después de atemorizar la calma de la ciudad con varios asesinatos inclusive. Éste juró venganza y sus tres compinches se pavonean por el pueblo haciendo correr el miedo ante el inevitable advenimiento del verdadero rey de la ciudad... La noticia vuela, en el tren del mediodía llegará y junto con sus tres amigos cumplirá su amenaza.


Ante esto el pueblo se debatira entre partidarios del criminal, siempre representado por las gentes borrachinas y ambiciones regentes del salón local y la gente de bien, amigos de toda la vida de Cooper. Los primeros son conscientes de que la tranquilidad no es sinónimo de bienestar económico y creen que con la vuelta del malhechor vendrán tiempos de whisky, cartas y dinero. Los segundos intentarán convencer a Cooper para que se vaya; ya se encargará el nuevo sheriff del problema.

Es en estos momentos en cuando se ve quien es quien realmente. Aparecerán heores de pacotilla que a la nada dejarán su valor de lado, amigos de boquilla, antiguos amores...

Conforme avanza la trama la angustia se acrecienta, el valor se va sobreponiendo a los intereses personales y el héroe, cada vez más sólo, se levantará ante todas las adversidades que le sobrevienen. No es por el hecho de acrecentar su ego. Cooper se quedará porque es lo correcto. Aguantará el tipo hasta el final y luchará contra su destino. Es la crónica de su final, sea cuál sea éste. Ni su mujer perfecta, ni sus supuestos amigos, ni sus antiguos compañeros, sólo él.

La dirección es impecable, gracias a una gran elección de planos amplios, de ningún efectismo. La tensión se irá incrementando gracias a las secuencias de Cooper andando solo por la ciudad intentando inútilmente conseguir ayudantes para el duelo final. Cada intento acaba con la cámara enfocando desde la lejanía al héroe que anda hacia ella sobreponiendose al camino que le queda hasta ella, sin abatimiento, luchando contra lo que se le impone como un muro que debe saltar para poder mirarse al espejo.


Ah, como curiosidad decir que Lloyd Bridges es el padre de Jeff Bridges, que todos conocereis y que Lee Van Cleef, el malo de la película de Leone tiene aquí su primer papel como compinche del malo malísimo aunque sin decir ninguna palabra.

Recomiendo por tanto esta gran película, quizá el mejor sheriff que se haya hecho nunca. Un clásico irrepetible.