Lo que iba a ser un cuenta lo que fuimos y se quedó en un Yipi Kai Yei

He sacado un tiempecito para poder escribir toda la tarea pendiente que tenía de este blog. Todo comenzó una tarde... No, eso queda un poco cutre. A ver, espera que me aclare que las mañanas de los lunes son una mierda.

Tras este inciso en forma de punto y aparte, comienzo por decir que aún hoy tras las resaca académica no he logrado ver todas las películas que estaban nominadas (oh, sí, que cinéfilo de pacotilla soy). En parte es por el hecho de que sabiendo ya el resultado de la gala me tira un poco para atrás ver las películas grabadas en las salas de cine por el sonido de mierda que tiene, lo tuve que hacer con Hearvy Milk y una y no más, Santo Tomás. Esperaré a que salgan en DVD películas como El lector, Revolutionary Road o The visitor (aunque ésta quizá caiga en v.o.s.e.).

Voy a escribir esto en tres partes porque es largo de la ostia. La primera será cronológicamente la tardecita de "cine de calidad" que nos pegamos Pepe y yo. Luego mis impresiones sobre las películas de este año pasado y por último mi resumen de la gala. Dios, esto parecen apuntes de facultad.

Hace ya unas semanitas, acercándose acuciadamente los oscars, Pepe y yo decidimos recortar el número de deberes pendientes e hicimos una de nuestras tardes cinéfilas y bizarras: La semilla del mal, La duda y Transporter 3. En la primera, película de "terror" rollo excorcista para adolescentes pajilleros, producida por el hijo del infierno Micheal Bay, lo más destacable aparte de ese espíritu capaz de partirle la columna vertebral a un tio pero luego para enfrentarse a la prota debe meterse en el cuerpo del novio, es la uña de camello resaltada por el espíritu onanista de Bay (o su alter ego en la dirección, que no pienso ni buscar). Y es que la película es un cúmulo de clichés y "saltos" esperadísimos de esos que tienen el mismo efecto que si al girar una esquina te encontraras conmigo y te chillara "buh" y Carlos, por decir alguien, rasgara un chan chan en un violín. Y la crítica del super Pepe es que como sale una tia buenorra ya parte con el siete de partida, manda huevos. Además, ni eso, que es un palillo.


El cartel lo dice todo... Tras esta truñada tocaba ver algo decente así que nos metimos a ver La duda. Es francamente, la grata sorpresa del año. No voy a contar nada de la historia pero la forma en que está narrada me recordó bastante a las grandes historias de antaño de teatro-cine como La gata sobre el tejado de zinq o Un tranvía llamado deseo, con una inconmensurable Meryl Streep que borda el papel de madre superiora estricta. Algunas escenas son de un poderío interpretativo descomunal, como el enfrentamiento verbal entre el párroco (genial, como de costumbre Philip Seymour Hoffman) y ésta. La inocencia choca con la experiencia, la debilidad con la fortaleza y el progreso con la tradición, hasta tal punto en que los choques se encuentran tan equilibrados que es inevitable el surgir la duda en el espectador, como los propios personajes dudan en la película. Mi único pero es algún que otro plano inclinado del director que podría haberse ahorrado (la cámara derecha, cojones).


Y bueno, para que a Pepe no le diera un ataque al corazón habiendo forzado ya suficiente la máquina pensante tuvimos que meternos a ver al semidios que es el calvo... Bah, no me enrrollaré mucho, la película es lo que es, cine de patadas, tiros y coches con alguna que otra escena de músculos y muslámenes varios y poco más. Previsible, sí, pero divertida, que algo es algo... Aunque todavía me pregunto como cojones sacó el coche a flote en el rio metiendo el aire en unos globos bajo éste con el aire de las ruedas... ¡¡¡joder, que si el aire ya estaba dentro y era suficiente para sacarlo no haría falta tanta mierda y saldría de por sí!!!


Lo mejor de la tarde sin duda fue La duda. Dejando los juegos de palabras, decir que sí, merecemos la muerte por ver películas como La semilla del mal pero entendedme, si meto a Pepe a más de una película en que su neurona se deba esforzar le puede estallar la cabeza cual marciano de Mars Attack. Y el calvo es mucho calvo...