Pájaros de papel
Publicado por kabuto84miércoles, 28 de octubre de 2009 - 0 Comentarios
Pues eso, la primera peli de Emilio Aragón con Aida, el crio del orfanato, el de cuentame, etc.
A ver que tal le sale...
El caso Polanski (revisitado) por Jonás Trueba
Publicado por quillo_3lunes, 26 de octubre de 2009 - 1 Comentarios
Mario Vargas Llosa (un creador de probado talento, como dice él de Polanski después de atacarlo) ha llegado a comparar el caso Polanski con los desafueros sexuales y abusos de poder de Silvio Berlusconi, asegurando que todos aquellos cineastas e intelectuales que apoyan al director polaco consideran que 'emboscar, emborrachar, drogar y violar a una niña de 13 años, que es lo que hizo Polanski con su víctima, Samantha Geimer, a la que atrajo a la casa deshabitada de Jack Nicholson con el pretexto de fotografiarla, es tolerable si quien comete el desafuero no es un hombrecillo del montón sino un creador de probado talento'.
Sinceramente, no creo que ninguno de los que han manifestado su apoyo a Polanski y han criticado su arresto esté a favor de que ningún violador se libre de cumplir condena, sea un gran artista o no. Ni siquiera creo que sea necesario resaltar el talento artístico de Polanski; más bien al contrario, porque me parece que ese talento no ha servido como coartada para justificar un crimen, como han sugerido algunos, sino para que ésos mismos pudieran despachar a la celebridad más a gusto. Y me parece muy triste, cuando no irritante, que algunos lo piensen y juzguen con tanta facilidad. Los que se llenan la boca con la palabra justicia para descalificar a Polanski y sus defensores, deberían atenerse a los hechos judiciales antes de tildar al cineasta de violador, porque Polanski nunca fue condenado por violación. Se fugó de Estados Unidos el día antes de la celebración del juicio, cierto. Pero no se fugó por miedo a una posible condena por violación, sino por otras razones que habría que conocer bien antes de emitir ciertos juicios sobre él.
La acusación por la que Polanski permanece hoy arrestado y pendiente de sentencia es 'relación sexual ilícita con una menor', un delito dentro de las fronteras del estado de California. En cualquier caso, no creo que nadie en su sano juicio niegue lo que es un hecho evidente: que Polanski cometió un delito, que lo pillaron y que acabó fugandose. Pero entre medias de todo eso, pasó un año sometiéndose a las exigencias de un juez que terminó siendo retirado del caso por mala práctica judicial, un detalle que debería bastar para que muchos de los jueces espontáneos que surgen por todos lados se plantearan revisar el caso.
Hay un documental muy interesante de Marina Zenovich, 'Roman Polanski: se busca', donde se explican pormenorizadamente los detalles del juicio, con entrevistas a algunos de sus protagonistas, como el fiscal del distrito que se encargó del caso, los abogados de Polanski y Samantha Geimer y hasta la propia Samantha Geimer. La directora, Marina Zenovich, acabó haciéndose amiga de Samantha Geimer y no minimiza el delito de Polanski, así que está fuera de toda sospecha. Como ella misma target=_blank>ha declarado, "sólo dos personas saben lo que pasó exactamente, no quieren hablar, y yo en ningún caso quiero disculpar a Polanski. Lo que quise mostrar es lo que pasó más tarde".
Douglas Dalton, abogado de Polanski, afirma en el documental: "Todo el mundo tiene derecho a tener sus opiniones sobre lo ocurrido, pero no a exponer sus propios hechos. El hecho de que Polanski se marchara del país parece eclipsar la parte realmente importante del caso y de lo que ocurrió con el sistema judicial. Sigo estupefacto después de todos estos años". Y Lawrence Silver, abogado defensor de Samantha Geimer, concreta: "Polanski no me da ninguna pena. Lo que hizo a mi clienta estuvo mal y fue horrible, pero tenía derecho a ser tratado justamente en el juicio y no lo fue".
9 de agosto de 1977: Polanski y su abogado, Douglas Dalton, comparecen ante el juez. | Ap
Polanski fue detenido el 11 de marzo de 1977 en Los Ángeles, después de que la madre de Samantha Gailey (luego se cambió el apellido por Geimer) denunciara a la policía que su hija había sido violada por el famoso director de cine Roman Polanski. Las declaraciones del acusado y la víctima sobre los hechos difieren en más de un punto, y el tema es, desde luego, muy delicado. Pero lo cierto es que una vez que Polanski aceptó declararse culpable de 'sexo ilícito con una menor', tanto la víctima como su abogado, así como la fiscalía, se dieron por satisfechos. Para Samantha Geimer, la pena que cumplió Polanski en su día es suficiente, y así lo ha reiterado más de una vez, pero esto no parece interesar a mucha gente. Interesa más continuar con un linchamiento mediático y demagógico que dura ya 32 años y que parece no tener fin, en nombre de una justicia que nunca fue tal.
La familia de Samantha Geimer y su abogado, como atestiguan en el documental citado, estaban fundamentalmente preocupados porque Samantha Geimer no tuviera que subir a un estrado ni someterse a las presiones de la prensa. Pero ahí entraron en colisión con el juez Rittenband. Como se muestra detalladamente en el documental de Zenovich, Rittenband era un juez obsesionado con los medios de comunicación. Le gustaba mucho codearse con famosos, y en sus juicios, dirigía la opinión de la prensa con suma habilidad. Quizá por eso, en cuanto conoció el caso Polanski, pensó que se le presentaba una gran oportunidad.
Para entonces, Polanski era ya uno de los directores más conocidos, admirados y controvertidos de Hollywood. A partir de 'La semilla del diablo', su nombre estuvo y sigue estando indefectiblemente ligado a lo satánico, hasta el punto de que, cuando los cómplices de Charles Manson asesinaron a su mujer Sharon Tate en 1969, algunos medios de comunicación y no pocas personas llegaron a culpabilizarlo de haber participado en la matanza, o de haber sido uno de sus instigadores... Otro de los problemas de Polanski de cara a la prensa ha sido siempre su personalidad irreductible. Muchos no le perdonaron que reconociera que le gustaban las chicas menores de edad, y que después del asesinato de su esposa había frecuentado más de un prostíbulo. "Cada uno lleva su pena de modo distinto. Algunos se van a un monasterio y otros empiezan a ir a casas de putas", declaró en una entrevista.
Al aceptar la declaración de culpabilidad de Polanski, el juez Rittenband ordenó que dos psiquiatras lo examinaran. La sentencia final debía dictarse después de estos informes. Ronald Markman, uno de los dos psiquiatras asignados por el juez Rittenband cuenta a la cámara cómo Rittenband esperaba que él declarara a Polanski 'agresor sexual mentalmente perturbado', lo que le permitiría encerrarlo una buena temporada al representar un peligro para la salud y la seguridad de los demás. Pero lo que determinó el psiquiatra es que Polanski no podía considerarse un agresor sexual mentalmente perturbado. Recomendaba la libertad condicional. El otro informe psiquiátrico era aún más benévolo con el acusado.
Rittenband quería enviar a Polanski a la cárcel de todas formas, pero lamentaba que, con dichos informes psiquiátricos recomendando la libertad condicional, cualquier intento por su parte de meterlo entre rejas sería apelado por el abogado de Polanski. Por eso decidió someter a su acusado a un nuevo régimen de observación psiquiátrica, enviándole a la cárcel estatal de Chino. Se trataba de un estudio de diagnóstico más detallado, y como no era una sentencia final, la defensa no podía apelarlo.
Con su segunda esposa, Sharon Tate, que fue asesinada en 1968. | Afp
Dalton cuenta cómo Roger Gunson, representante de la fiscalía, y el agente de la condicional protestaron. No pensaban que este nuevo examen suplementario fuera necesario y consideraban que los dos informes presentados al tribunal bastaban. Para Gunson, "la ley dice que un estudio de diagnóstico no puede usarse como castigo ni como sentencia". Rittenband no atendió a razones y convenció a Gunson y Dalton para que asistieran a una audiencia pública y representaran una especie de teatro delante de los medios. Gunson debía pedir que Polanski permaneciese bajo custodia hasta la sentencia final, y Dalton debía reclamar la libertad condicional para su cliente, y según relatan ambos, el juez concretó lo siguiente: "después de vuestras peticiones, yo haré mis observaciones y le condenaré a Chino para un nuevo estudio de diagnóstico. No hace falta que la prensa sepa nada más acerca de esto. Si no lo habláis con la prensa y Polanski recibe un informe favorable del departamento de la condicional, cosa que todos sabemos con certeza que recibirá, eso concluirá su castigo."
Gunson y Dalton pensaron que aquello era por lo menos surrealista, pero sabían que estaban en manos del juez y creyeron que seguir su dictado en ese momento sería la forma más rápida de cerrar un caso que nadie, ni la acusación, ni la defensa, ni la fiscalía querían prolongar por más tiempo. Así que entraron en la sala llena de periodistas y espectadores convocados para la ocasión por el juez Rittenband y representaron la pantomima. Según Gunson, "era como estar en un juicio de prácticas en la facultad, donde sabes de antemano lo que va a ocurrir". Pero Rittenband se había reservado su mejor discurso para la ocasión. Dalton asegura que "el juez quería convencer a la prensa y al público de que cuando dicte la sentencia de libertad condicional para Polanski, vean en qué se ha basado para llegar a esa conclusión".
Rittanband había concedido un permiso de tres meses a Polanski para viajar a Europa a trabajar en una película de encargo, y cuando la prensa difundió una fotografía de él en compañía de dos mujeres fumándose un puro durante su visita al Oktoberfest de Múnich (el festival de cerveza más grande del mundo), Rittenband sintió que Polanski le había humillado ante los medios. Una periodista de la prensa rosa cuenta cómo Rittenband le confesó que 'esa foto lo cambia todo' y que ahora tendría que encerrarlo entre rejas. Básicamente, lo que le molestaba es que 'ese puto enano judío', como le gustaba llamar a Polanski según diferentes testimonios, le hubiese puesto en evidencia ante la prensa. Ordenó su regreso inmediato para su ingreso en la cárcel de Chino.
Después de 42 días en la cárcel de Chino, los responsables de la prisión decidieron soltar a Polanski. El nuevo informe psiquiátrico, como los anteriores, recomendaba la libertad condicional para Polanski. Éste se quedó tranquilo. Pensaba que había cumplido todas sus obligaciones con respecto al caso. Se había declarado culpable de sexo ilícito con una menor y había cumplido la condena que se le había impuesto. Pero al juez Rittenband no le pareció que 42 días en prisión fueran suficiente castigo. Se habían publicado muchos artículos contra él, tachándolo de blando y reclamándole una condena ejemplar para Polanski.
Gunson y Dalton cuentan cómo Rittenband volvió a llamarlos a su despacho y les comunicó que 'no iba a honrar la promesa' que les había hecho de liberar a Polanski cuando éste cumpliera el estudio de diagnóstico en Chino. La razón que les dio fue que estaba recibiendo demasiadas críticas por parte de la prensa, y que 42 no eran suficientes días bajo custodia, que Polanski tendría que completar los 48 días restantes hasta cumplir los 90 esperados. Gunson sugirió que lo sentenciara a 48 días bajo custodia y terminara con el caso, pero Rittenband le dijo que no estaba dispuesto a hacer algo así porque la percepción de la condena debía mantenerse ante la prensa. Su plan era hacer creer a la prensa que iba a sentenciar a Polanski por un periodo más largo de tiempo del que iba a sentenciarlo en realidad. Y sólo ellos sabrían la verdad. Le dijo a Dalton que si regresaba al tribunal una vez la prensa se hubiera marchado, volvería a llamar a Polanski y le libraría de la cárcel.
El cineasta, en la edición de 2007 del Festival de Cannes. | Ap
Para Gunson "era obvio que quería deportarle porque no quería que Polanski siguiera por aquí, poniéndolo en evidencia". Y Dalton explica que la pretensión de Rittenband consistía en que "Polanski accediera a renunciar a cualquiera de los derechos que podría tener con una deportación, pero es ilegal imponer ninguna condición a alguien que está cumpliendo condena bajo custodia". Rittenband, además, quería que Gunson y Dalton volvieran a representar una escena ante los medios para luego pactar otra cosa en privado. Pero Dalton, apoyado por Gunson, decidió no seguir más las sugerencias del juez y amenazó con presentar un escrito de recusación contra él, alegando 'parcialidad, prejuicio y otras infracciones del código judicial de California'.
El día antes de la celebración del juicio, Dalton se reunió con Polanski y le explicó que en su opinión, la sentencia que iba a dictarse al día siguiente sería ilegal, que podrían obtener una rebaja tras la apelación pero que iba a ser un proceso largo y que, como acusado, tendría que permanecer en la cárcel durante todo ese tiempo. Le contó las intenciones del juez y su promesa de que si renunciaba a sus derechos como deportado y cumplía 48 días más en prisión, sería liberado. Polanski le preguntó a su abogado si podían confiar en el juez, a lo que Dalton contestó: "No, ya no podemos confiar en él y lo que representa no tiene ningún valor". En ese mismo instante, Polanski tomó la decisión de irse del país.
Dalton, de acuerdo con Gunson, preparó una excepción perentoria demostrando que Rittenband estaba incapacitado para dictar una sentencia justa. Rittenband fue retirado del caso el 2 de febrero de 1978.
Samantha Geimer ha declarado: "Yo era joven, pero alcanzaba a entender que el juez estaba disfrutando de la publicidad. No le importaba lo que me ocurriera a mí, ni lo que ocurriera con Polanski. Era como si fuera el director de un espectáculo en el que yo no quería participar". Geimer perdonó públicamente a Polanski tras solventar un juicio civil con él y recibir una suma económica por daños y perjuicios de 'angustia física y emocional'.
En el año 2003, Samantha declaró a 'Los Angeles Times' que "su abogado, mi abogado y el fiscal del distrito llegaron a un acuerdo de declaración de culpabilidad y el tribunal lo aprobó. Pero, para nuestro asombro, en el último momento el juez se retractó y se negó a cumplir el acuerdo". "No deberían haberle llevado a la situación de tener que escapar. Deberían haberlo condenado a la pena que ya había cumplido, como habíamos acordado. [...] ¿Quién no pensaría en huir enfrentándose a una condena de cincuenta años de un juez que siente más interés por su propia fama que por una sentencia justa? Si Roman Polanski pudiera resolver sus dificultades, yo me alegraría".
En el año 1997, Dalton y Gunson presentaron el caso a otro juez del Tribunal Superior de Los Ángeles. El juez acordó que si Polanski regresaba a EEUU no cumpliría más condena bajo custodia, pero la condición del juez era que los procedimientos fueran televisados. Polanski rechazó ser juzgado en tales circunstancias. "Sólo hay perdedores, Samantha Geimer, Polanski y sus familias. Todo el mundo quiere que el asunto se termine, excepto los medios de comunicación", ha declarado Marina Zenovich.
Muchos de estos datos no parecen tener hueco en la prensa de nuestro país, por eso me ha parecido oportuno dejarlos aquí escritos. Sospecho que seré ingresado en el club de esos corporativistas que, a los ojos de algunos, no hacen más que defender y justificar el crímen de un ser diabólico en nombre del arte cinematográfico, la vileza moral en estado puro. Qué remedio...
Trailers varios
Publicado por aviernes, 2 de octubre de 2009 - 1 Comentarios
La primera película es Metropia:
'Metropia' nos presenta una historia adulta ambientada en la Europa del futuro, en un mundo que se está quedando sin petroleo y en donde todo el viejo continente está conectado a través de una enorme red de metro. El film nos sumerge en la paranoia de Roger, un funcionario gris y aburrido, un trabajador alienado que escucha voces en su cabeza y que está enamorado de una bella mujer a la que sólo conoce a través de los anuncios de televisión que protagoniza, y que un buen día decide escapar al control que el sistema está ejerciendo sobre él.
Thirst
Seguramente se tendrá que ver subtitulada por que por ahora no tiene distribuidora en España
The Book of Eli
Ambientada en un futuro post-apocalíptico, su historia se centra en el personaje interpretado por Denzel Washington, el Eli del título, quien es poseedor de un supuesto libro sagrado que podría ser la llave para salvar la humanidad, y que deberá proteger de Gary Oldman y sus hombres, empeñados en arrebatáserlo.
Pesadilla en Elm Street
Ya sabeis de que va
Fantastic Mr. Fox